3er día,
Amanece nubladillo desayunamos y nos vamos al skyline , que está muy cuidado con sus plantas, sus piedrecitas…
Luego vamos por Chelsea, y compramos galletitas y miniborwnies en unas tiendas que eran como de un sueño, perfectamente cuidadas y todo al detalle y comemos en el Chelsea Market, en medio del pasillo con una banda de Jazz a nuestra derecha, sencillamente inexplicable.
Andamos y andamos hasta la zona del Soho donde quedamos con Lucía y vamos a Diva a tomar un mojito a eso de las 5 p.m, no nos entraba, y eso que había gente bailando y todo. Así que decidimos que después del atraco por el mojito y por apuntarse el tip que le dio la real gana, y luego pretender que añadiésemos más tip (esa mujer pensaría que por ser turistas somos tontas) nos trasladamos al bar de enfrente FELIX.
Estaba llenísimo, no cabía ni un alfiler y pedimos una jarra de mojitos, con la primera copa(segunda del día), empezamos a agobiarnos, demasiada gente, mucho sudor, asquerosos todo, pero la música comenzó a mejorar y en cierta manera fue lo que nos hizo olvidarnos del agobio. Eso y que salí un rato fuera a acompañar a las fumadoras y eso la verdad que nos dejó respirar algo.
Luego la gente empezó a irse de las mesas y por ello había más espacio para que la gente se moviese, cosa que se agradeció pues hubo más de una jovencita que estuvo a punto de recibir más de un empujón por la poca delicadeza que tenían al pasar a pedir copas, y si, estábamos en medio pero y qué, no pueden pedir paso???gentuza!!! y yo sólo me preocupaba de las galletas que había comprado en Chelsea Market y como acabaron, es otra historia.
Ojo al estilo de ambos camareros de Félix
(la pajarita lo mejor)
Continuamos la fiesta, unas más contentas que otras y jarra por aquí y jarra por allá, una gran noche iba a decir, pero no, más bien una gran tarde, mucho bailoteo y sobre todo mucho Danzakuduro, si me acorde de Lenbe y su Danzakuduro, es más me acordé también de su famosa canción de la Langosta, pero estos neoyorkinos no saben de música, ha ha. Pero seguimos bailando y una y otra vez ponían Loca y Danzakuduro, era demasiado repetitivo.
Cuando conseguimos salir del local, a una personita le costó mucho, pues se aferraba a sus ganas de bailar con la mezcla de mojitos y el exceso de la última jarra (sigue sin comprender cómo sacó dinero , como llegó a darle bien a las teclas diría yo haha 😉 ) EL camino fue de risa, os explico, salimos y sale un chico con un fular que se nos había olvidado y la dueña del mismo decía “pero que dices si eso no es miooooooo” y risa por aquí y risa por allá, pero si lo era, es más, de su madre.
Luego su chaqueta cayó por el camino y fui en busca de ella.
Volvimos en taxi hasta la 19 con Park y Beltxu siguió su camino, e imagino que nosotras seguimos también el nuestro, cantando, bailando, si en medio de la calle, incluso diciendo “HELLO!” seguido de una reverencia a unos desconocidos que nos miraban perplejos (muy al estilo de Ross cuando se taja con Rachel en las Vegas)
Y así terminó un fastuoso día de domingo….
unbaberoparamama.es