Diario de cuarentena #2: El café de la mañana

Hola otra vez,
  Aquí estoy como cada mañana, sentada en la cocina, con las noticias de fondo (reconozco que muchas veces las silencio porque me entristecen y me enfadan a partes iguales), con Bali tumbado en su camita a mi derecha, mi café frío a la izquierda, y un poquito más a la izquierda mi tostada de cada mañana.
  Ya he paseado a Bali, esta vez ha querido andar menos, y ya lo sospechaba yo cuando entre sus lloriqueos mañaneros, a los que me tiene acostumbrada desde el dichoso día en que le mordió el perro, veía el arnés y se tumbaba todavía más en su cama, como si fuese a protegerle y conseguiría de ese modo no tener que salir a pasear, qué contradicción la suya. Así que sí, un pequeño paseo, y de vuelta a casa a tomarme ese café que pensé me tomaría sin que se me quedase frío y como cada mañana, estaba totalmente equivocada.
Luego toca veterinario, esperamos que sigan siendo buenas noticias.
Little sister & servidora
(esta foto de hace ni se cuantos años la encontré ayer,
 medio rota, pero me apasiona, y por eso la comparto)

  Esta noche me he despertado sólo una vez, a eso de las 4:32 minutos, no se porqué motivo he mirado el reloj, pero lo hice, y seguí durmiendo (y no, no fue por culpa de Bali, hoy es la primera noche que no ha querido salir sobre las 4 am y la verdad que me he alegrado muchísimo “es una buena señal” me he dicho a mí misma (con la infección de hígado se hace mucho, demasiado pipi, y o estás atenta a sus señales o te planta el Nilo en medio del salón, si no que se lo digan a la alfombra que teníamos allí que tuvo que acabar en el contenedor).
  Una mañana más, o una menos, depende de por donde se mire, ¿cómo lo ves tu? Yo la verdad, que como una mañana menos, como si de un evento futurible se estuviese acercando, peor esta vez no tengo fecha exacta y no puedo controlarlo todo. Y creo que me está viniendo bien, para dejar de tener el control de todo siempre y controlar la frustración que me produce el no hacerlo, porque ahora, nada puedo controlarlo, ni siquiera cuándo podremos salir a las calles a la nueva normalidad, pero estoy aprendiendo  de todo esto y mucho, como no dar por sentado todas las cosas que antes inconscientemente daba por sentadas, y que para más inri apenas valoraba.
  Este café me está sabiendo raro, y se porque es, no me he olvidado de poner la cápsula como suele pasarme, o la taza para no inundar la cocina, es por la canela que me compró el otro día Mr.A, marca desconocida que está malísima, menudo bajón, porque es mi momento, mi café matutino con canela, así sin leche ni azúcar ni nada (no recuerdo cuando dejé de ponerle leche al café pero sí recuerdo que recién casada le ponía un “chin” como digo siempre, y un día decidí que me gustaba más sin)
  Hoy es el cumpleaños de mi ahijado y ni voy a poder verle, ni darle 5 tirones de orejas, ni regalo ni nada, y eso que el pobre cuando hablamos por video llamada me pregunta acerca de sus chuches de cumple…
LA verdad que estoy deseando que todo mejore y poder ver a mis padres, suegros, hermanos, cuñados, amigos, ir al campo con Bali y Casilda montada en su mini bici de la mano de Mr.A… y sueño, me permito el lujo de hacerlo. Sueño con que ese día llegará antes de lo que crea y que mientras tanto debo aprovechar el tiempo para hacer todas aquellas cosas que siempre quiero hacer y no hacía, aunque la verdad, que no sabía que limpiar la casa iba a ser mi prioridad. ¡Esta cuarentena está agravando mi obsesión por la limpieza y el orden y no se yo, pero creo que no es nada bueno!
Mi casa ha cambiado totalmente, varios muebles han cambiado de lugar, y Mr.A dice que ya no sabe donde está nada, pero me río y le digo que llegará el día en el que todo vuelva a su origen, y sí, él lo sabe. Porque no sabéis la de veces que he cambiado el sofá de sitio, y por ello, la tv también.
  Quiero volver a las calles con Casilda, y sí, comentarios aparte, pero no creo que salir, con mascarilla, obligarla a llevarla, explicarle todavía más la situación y ver su cara de circunstancia en cada una de las palabras que voy diciéndole, el que no pueda tocar nada, no pueda jugar con ningún niño…no se, hace que me plantee si realmente la próxima semana la sacaré, pues ni idea de cómo se tomará que los parques por el momento no existen y que los patos deben esperar a que vayamos a verles… así que me debato entre si sacarla y que me acompañe al mini paseo de Bali, o dejarla en casa y que no se entere de nada… ¡menuda incógnita! Pero desde luego se que no me la llevaré a hacer la compra, pues tiene la manía de coger todo y decir “porfi mami” (con esa voz que sabe que me enternece y que es muy difícil negarse a ella), a cada cosa molona que ve, ya sea un tarro de verduras, bolsa de patatas, o galletas cuyos packagings están muy bien pensados para que los niños las quieran sin saber si llevan pasas o no.
  Aquí sigo, sin medio trago de café más, sin darle ni medio bocado  más a la tostada, porque tiempo tengo, todo el del mundo y aquí y ahora me apetece primero compartir esto, luego leeré varia newsletter que tengo marcadas como importantes en mi bandeja de entrada, miraré un par de tiendas online, aún sabiendo que no pienso comprar nada, pero meter productos en el carrito siempre me ha gustado, ¿vosotras lo hacéis? ¡yo sí, y Mr.A no puede lograr entenderlo!
  Hasta aquí el post de hoy, quien sabe si mañana escribiré o no. Por ahora voy a hacerme mi lista de tareas diarias, que las cumpla o no hacen que tenga un orden y una rutina y eso me ayuda muchísimo ¿a vosotras qué os ayuda en este confinamiento para no perder la cabea?
Besos, y hasta pronto 😉
unbaberoparamama.es

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