Menos ordenador y más boli

   Hoy me han venido unos recuerdos a la cabeza, de cuando escribía cartas en papel, las metía en sobres bonitos, y mis padres las llevaban a los buzones para que llegasen a su destino.

   Recuerdo la ilusión que me hacía a mí recibir cartas de amigas, y siempre pensaba que ellas sentirían la misma ilusión al recibir las mías. 
Las escribíamos sobre todo en verano, dos meses y medio separadas ya fuese por España o por el resto de Europa se nos hacía tremendamente duro, así era.
   Ahora que lo pienso, no recuerdo la última vez que envíe una carta, paquetes y devoluciones sí, pero creo que nunca he vuelto a Correos para enviar cartas, ni siquiera un christmas navideño, y eso que todos los años me propongo enviarlos, pero no tengo las direcciones apuntadas y al final se me pasa y nada, ni medio sello.
  Hoy en día, cuando quieres enviar algo escrito a alguien o bien te mandan un whatsapp de esos larguísimos que requieren mucho tiempo, por que yo por lo menos cada vez veo peor la pantalla del móvil, o te envían un audio tipo podcast, de esos mil, y a veces me agoto de escucharlos, pero es lo que hay, o lo mega moderner, un email. Si, tal y como leéis, un email tipo carta, y si te lo curras mucho lo envías en word o pdf y ya te crees que te lo has currado mucho.
  Bueno todo esto viene porque hoy he tenido que escribir una carta, para una persona a la que quiero mogollón y claro debía enviarla vía email, y cuesta, cuesta mucho abrir tu corazón delante de una pantalla, a mi por lo menos, personalmente, me cuesta mucho más que hacerlo delante de un folio con bolígrafo en mano… y me he quedado pensando en lo buena que es la tecnología pero la pena que me da que se pierda el papel, los sellos, las cartas eternas donde contabas a tus amigas cómo te iba el verano, el chico que te gustaba, los planes en la playa, las noches en las que llegabas a casa llena de arena y sal porque tu plan era hacer guerra de arena, las mil y unas tonterías de una adolescente que cuando vamos creciendo nos olvidamos de ellas, y disfrutamos de otra manera.
  No me mal interpretéis, me gusta mucho disfrutar de los planes de ahora, pero cierto es que según vas creciendo disfrutas de la vida de otra manera, también es que tienes preocupaciones, cosa que cuando eres joven, no, y eso lo hace todo mucho más fácil.
   Pero desde que tuve a Casilda me propuse una cosa, volver a disfrutar como un niño, y de verdad, funciona, funciona si te olvidas de la tecnología y te metes de lleno en sus juegos, como ir a al parque, hacer muñecos de plasti, jugar a las cocinitas…. si te olvidas del móvil, de hacer fotos, de todo, vuelves a desconectar como cuando eras niña, funciona, pero también tenemos que poner de nuestra parte. Probarlo en serio.
   Desde ahora en adelante voy a intentar escribir más en papel y menos en el ordenador, voy a dejar más le móvil cuando esté con la canija, y meterme de lleno en sus juegos que tanto me divierten, y así, volver un poquito a esa niña rubia de pelo rizado que no tenía preocupaciones y que sólo disfrutaba de la vida, porque al final, la vida va de eso, de disfrutar más y pensar y agobiarse menos.
Gracias por leerme,
¡Nos vemos en el próximo post!
   
unbaberoparamama.es

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