Hace tiempo que tengo un bolso de mi abuelita.
Dentro tenía un bolsillo pero me parecía una cremallera tan delicada que preferí no abrirla.
Ayer haciendo orden de bolsos noté que tenía algo, así que abrí el bolsillo (total, lo peor que podría pasar es que lo rompa y que, una vez acabado este confinamiento tenga que ir a por una cremallera y cambiarla), y ahí estaba una funda de plástico que dentro tenía dos fotos grandes y otras dos mini fundas (tamaño foto de carnet)
Así eras tú Abuelita, siempre cuidabas todo una barbaridad, te encantaba la Tab sin cafeína, regalarnos Choco Bons, tus pitillos mentolados, tus gafas de sol, tus merienda con Rosina y Lolita en cualquier sitio ahora de moda de Argüelles, tus bolsos diminutos, pintarte los labios, y como no, tu George Clooney (al que estoy segura que hubieses enamorado, si hubiese tenido la suerte de conocerte)…
Me parecía alucinante la cantidad de fotos que había guardadas, y todas muy pero que muy antiguas, intenté ver si reconocía a alguien pero imposible.
Se lo conté a mi madre, porque las he guardado con mucho cuidado para dárselas cuando la pueda ver, porque le gustarán micho y a mi tia ni te cuento. Ya me imagino a los intentando adivinar quien es quien, y risas, muchas risas, porque si algo hacen mi madre y mi tia es reirse, por todo, cual adolescentes. Vaya par. Cuánto echo de menos escuchar esas carcajadas y acabar riéndome sin saber de qué se ríen.
Así que ayer fue un día muy emotivo, y hoy ha sido un gran día, a pesar de las malas noticias, porque necesito ver ls cosas buenas que me rodean, ya que si no, perdería el rumbo, la cabeza y las ganas de reír. Prefiero apuntarme al final del día las 3 cosas buenas que me han hecho feliz a lo largo del día, y por ahora, siempre son más de tres, y eso me hace todavía más feliz.