Para ti angelito…

Esta mañana encontré entre mis notas esto que escribí en uno de los momentos más complicados que he vivido, la pérdida de un bebé.

Poco o nada se habla de este tema, como si de un tema tabú se tratase, pero lo cierto es que es muy frecuente, mucho más de lo que jamás podría haber imaginado.

Y así decía…

A veces creo que me ahogo, que me asfixio, que no puedo más…

A veces creo que algo hice mal, algo que comí, algún movimiento que hice, algo que no logré cuidar…

A veces siento que estoy sola, que este sentimiento no se irá, que jamás desaparecerá… y mi tristeza me hundirá.

A veces siento que mi corazón roto, jamás volverá a unir, todos aquellos pedazos, en los que está…

A veces quiero despertar. Despertar de esta terrible pesadilla, y sólo quiero olvidar…

A veces me siento sola, vacía, sin ganas, sin fuerzas, y sin querer luchar más…

A veces siento que mi alma rota, sin rumbo, jamás me va a volver a encontrar…

Se que soy realmente afortunada, que lo tengo todo y que no debería pedir más, y otras en cambio lamento porque desde el segundo uno, me iba emocionando cada día más…

Ahora tengo ayuda extra, un ángel que desde arriba sólo nos va a ayudar. Otras en cambio, lamento, en por qué hiciste que te la quieras llevar…

Realmente ni se lo que siento, ni en cómo debería actuar…

El tópico tiempo al tiempo, se que me ayudará, pero me parece que no habrá siglos suficientes que consigan que quiera volver amar…

Se que no soy única, y que desgraciadamente miles de mujeres sintieron este mismo pesar, pero bien es cierto que jamás pensé que una pena te podría matar…

No te asustes pequeña, no te asustes jamás…porque aunque no lo creas, saldré, sonreiré, abrazaré y volveré amar.

Pero ahora necesito tiempo, tiempo para mi, y poderme encontrar.

Me amé, me amo y me amaré cada día más, pero ahora se a ciencia cierta que aquel día que compartimos jamás desaparecerá.

Siempre habrá en mi tarta otra vela, que te ayudaremos a soplar.

Te quisimos, te queremos y nunca nuestro amor encontrará un final.

Sólo espera, pequeña, para cuando llegue nuestra hora, te podamos conocer y abrazar…

Tu mamá que te querrá siempre, y que jamás te va a olvidar…

AHORA todo lo veo con claridad, llegaste a nuestra vida para darnos amor y felicidad en un periodo demasiado corto de tiempo, pero como siempre digo, Dios sabe más, mucho más, y me dejo totalmente en sus manos.

AHORA te recuerdo y una sonrisa se punta en mi boca, un amor llena mi alma y un sentimiento de pura paz inunda mi ser.

No ha sido fácil, pero que nada fácil. Pero al final pasó una cosa curiosa a la par de bonita.

Ahora si te recuerdo a veces saltan lágrimas en mis ojos, pero ya no son de aquel dolor desgarrador que tanto me hirió, si no de una felicidad plena porque se que desde allí arriba nos estás conociendo y sobre todo, protegiendo.

AHORA si me veo capaz de decir SUERTE LA NUESTRA DE TENER UN ANGELITO QUE VELA SIEMPRE POR NOSOTROS.

Te quiero bebé “Arcoíris” (ya sabes que así es como te llamo tu hermanita mayor Casildita)

Deja una respuesta